Torres del Paine, 26 de junio de 2024.- El Hotel Las Torres, ubicado en el corazón del Parque Nacional Torres del Paine, durante varios años ha trabajado con su propia huerta biointensiva, un proyecto agroecológico sostenible que cultiva alimentos libres de químicos y pesticidas en un entorno sostenible y controlado. Frutas, verduras y hierbas que, al ser cosechadas en este espacio, son utilizadas en las distintas propuestas gastronómicas del hotel. Tras varias temporadas de desarrollo, las innovaciones han sido la tónica de cada temporada. Durante el último periodo presentó el uso de novedosos fertilizantes elaborados en la huerta.
Como cada temporada, el equipo que trabaja en la huerta biointensiva del Hotel Las Torres se enfrenta a escenarios complejos, principalmente debido a las condiciones climáticas de la zona. En verano, la temperatura ronda entre los 6º C la mínima y 24º C la máxima, lo que también es acompañado por vientos entre los 20 y los 110 km/h, y repentinas lluvias o nevazones. Características estacionales que se amplifican fuera del verano.
Sin embargo, aunque la producción de esta temporada estuvo marcada por un invierno más largo y un verano más breve, trajo consigo espacios para seguir elaborando nuevas estrategias agroecológicas, que permitieron ampliar la variedad de bio-preparados más sostenibles, trabajando con un enfoque de manejo de suelo vivo.
Para el periodo 2023-2024, la compostera pudo procesar entre los meses de octubre y abril 17.382 kg de residuos orgánicos originados en el Hotel Las Torres, promediando mensualmente la gestión de 2.500 kg por mes. Esto se transformó en un total 6.190 kg de compost producido para usarse en los meses de enero a abril de este año, elemento que estuvo acompañado de los nuevos fertilizantes desarrollados durante este periodo.
“Esta temporada empezamos a ampliar la variedad de fertilizantes a base del compost y otros insumos que puede generar una huerta. De esta forma no se desperdicia ningún recurso y lo aprovechamos para tener cultivos más saludables que puedan aportar una mejor nutrición a quien los consume”, afirma la encargada de la huerta, Catalina Rojas. Especificando que durante esta temporada se produjeron tres tipos de fertilizantes y tres tipos de repelentes.
Los repelentes aplicados en la huerta están hechos a base de diente de león, hojas de ruibarbo y plantas de ortiga, mientras que los fertilizantes aplicados en la huerta son el compost maduro y lo que han definido como “té de compost”, el que se realiza a través de infusión de compost al mantenerlo en agua durante siete a diez días, para luego utilizar este resultado para el riego de los cultivos.
El tercer fertilizante tiene por nombre bokashi, cuyo origen se remonta a Japón, que significa “fermentado” y su preparación se puede realizar en el corto plazo de 7 días, siendo sujeto a las condiciones climáticas que permitan la activación de los ingredientes para una correcta fermentación. Esta preparación está compuesta de afrecho, chancaca, levadura, agua, tierra y guano.
Durante los primeros ensayos en esta temporada, el bokashi demostró ser un fertilizante sumamente provechoso y el equipo de la huerta espera desarrollarlo más extensamente a fines de este año.
“Actualmente, estamos trabajando en la elaboración de una planificación de bio-preparados, lo que implica estandarizar preparaciones, dosis y forma de aplicación, buscando la eficiencia y la sostenibilidad en su desarrollo y uso”, detalla Rojas.
En cuanto a las cosechas de estos meses, la encargada de la huerta precisa que las variedades de tomates fueron una de las más destacadas durante el periodo. “Sus distintos sabores, texturas y colores destacaron completamente entre los platos que se preparan en el restaurante del hotel”, comenta.
Durante esta temporada, también se estrenaron nuevas variedades y especies de cultivos como el ají, pimentón, ajo, entre otros. “Es una muy buena noticia para nosotros el éxito de la integración de estos cultivos, considerando que, en poco más de media cama de cultivo, pudimos cosechar más de 11 kg de ají”, destaca Rojas, para agregar que la dificultad de cosechar ajíes y pimentones, radica en que son plantas de “climas templados, entonces en esta zona, aunque se encuentren al interior de los invernaderos, estos cultivos requieren de mayor cuidado”.