Expertos del parque nacional comentan que hace 10 años que no se veía un fenómeno de estas características, lo que refleja el Plan de Manejo e iniciativas de la empresa patagónica.
Durante este invierno un inusual comportamiento de los guanacos de Torres del Paine se pudo observar por parte de los guardaparques que trabajan en el parque nacional. La cuadrilla de trabajadores, perteneciente a la ONG AMA Torres del Paine, organización financiada por Las Torres Patagonia, pudo ser testigo de una manada masiva de estos mamíferos, un hecho que, según explican, no ocurría hace por lo menos 10 años.
El guanaco es una de las especies más comunes en el Parque Nacional Torres del Paine, los turistas pueden divisar a estos animales en pequeñas manadas desde que comienzan a acercarse a la entrada de esta área protegida. Este camélido nativo de América del Sur, suele movilizarse en pequeños grupos compuestos por hembras, sus crías y el macho dominante. Uno de estos especímenes, en su etapa adulta, puede llegar a pesar hasta 140 kilos y medir hasta 1.90 centímetros, dimensiones que lo transforman en una de las presas preferidas por el máximo depredador del parque, el puma.
Respecto a esta extraña aparición, que llamó la atención de todo el equipo de guardaparques de AMA Torres del Paine, la líder de Gestión de Senderos y Guardaparques, Natali Espinoza, destacó que este fenómeno refleja la amigable coexistencia que puede darse con la fauna nativa en un contexto de turismo sostenible.
“Hace más de 10 años que no se avistaba una manada tan grande de guanacos en la reserva. La última vez que pudimos ver un guanaco en este sector fue durante la temporada pasada, un macho que se había quedado sin manada”, detalló Espinoza.
La manada pudo ser vista en el sendero que conduce al Refugio Chileno, parte de los alojamientos que dispone Las Torres Patagonia dentro del parque, y que conecta con el mirador Base Torres.
Espinoza explica que parte de las iniciativas que desarrolla la ONG dentro del parque está el monitoreo de la fauna. Detallando que constantemente las cuadrillas de guardaparques están supervisando el comportamiento de distintos animales presentes en el parque, como lo son el puma, el gato de Geoffroy, el zorro rojo y el huemul.
“Este avistamiento nos indica que a lo mejor estaban buscando un nuevo follaje. El invierno ha sido muy duro durante estos meses, así que seguramente donde ellos estaban ya no quedaba follaje. Por lo tanto, se movilizaron a un sector poco conocido con el fin de poder alimentar al grupo”.
La guardaparque de AMA Torres del Paine, destacó que la reconstrucción de senderos, como el que conduce a Base Torres, contribuyen al buen vivir de la fauna nativa. Parte de la correcta delimitación de los sectores disponibles para el paso de turistas, permite que la flora y fauna pueda desarrollarse libremente sin la intervención humana, generando ecosistemas sanos y libres.
Uno de los testigos privilegiados del fenómeno fue el líder SSO de Las Torres Patagonia, Jordan Oyarzún, quien pudo dar cuenta de que al menos 27 guanacos conformaban esta masiva manada.
“Los encontramos en la mitad del sendero que une el Hotel Las Torres (Las Torres Patagonia) con el Refugio Chileno y nos sorprendimos muchos porque nos topamos con ellos a dos metros de distancia. No corrieron, no se asustaron, nosotros tampoco nos acercamos más a ellos para no ahuyentarlos”, contó Oyarzún.
El gerente Conservación, Sostenibilidad y Seguridad de Las Torres Patagonia, John Ojeda, recalcó el importante significado de este avistamiento en la zona, destacando que “la aparición de esta manada de guanacos son señales de que lo que estamos haciendo va en buen camino, que la biodiversidad está dando señales positivas de nuestro plan de manejo, y que gracias al trabajo de nuestro cuerpo de guardaparques podemos hacer el monitoreo de la fauna y seguir levantando información relevante para la investigación científica”.
La manada de guanacos se suma al avistamiento del gato de Geoffroy en febrero pasado, el que pudo ser captado gracias a las cámaras trampa instaladas por la ONG AMA Torres del Paine, las cuales son esenciales para el estudio de especies más escurridizas.